Aportación de Compañía Valenciana de Vapores Correos de África
a la constitución de Compañía Trasmediterránea
Última actualización: 23 de septiembre de 2023
CARACTERÍSTICAS
Nombres y propietarios |
Sagunto (1875-1910)
Sagunto (1951-1952)
Enrique Freixas
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Tipo |
Mixto Pasaje/Carga
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Año de construcción |
1875 (LR-1930)
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Constructor |
J. Readhead & Co. Ltd.
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Número de construcción |
114 (Miramar)
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Fecha de la botadura |
19 de agosto de 1875 (Miramar)
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Fecha de la entrega |
Agosto de 1875 (LR-1930)
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Final del buque |
Desguazado en Alicante en marzo de 1968
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Identificación |
5510462 (Miramar)
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Señal de llamada |
EAPT (LR-1945)
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Pabellón y puerto de registro |
ESPAÑA - Valencia - Lista 2ª - Folio 104
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Material del casco |
Hierro (LR-1930)
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Número de cubiertas |
Una corrida (LR-1930)
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Desplazamiento a máxima carga |
2.000 t (LOBE-1965)
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Registro bruto |
956 TRB (LR-1945)
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Registro neto |
559 TRN (LR-1945)
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Eslora total |
67,39 m (LOBE-1965)
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Eslora e.p.p. |
62,45 m (LR-1945)
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Manga máxima |
8,84 m (LR-1945)
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Puntal |
4,94 m (LR-1945)
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Calado máximo |
5,05 m (LOBE-1965)
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Cubicación de bodegas |
Grano: 640 m3 (LOBE-1965)
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Cubicación de entrepuentes |
Grano: 780 m3 (LOBE-1965)
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Dimensiones de la escotilla mayor |
4,3 x 2,5 m (LOBE-1951)
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Pasajeros |
49 (LOBE-1951)
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Potencia de propulsión |
120 NHP (LR-1930)
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Velocidad |
10,5 nudos
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Planta propulsora |
Una máquina de vapor Compound de dos cilindros de 711 y 1.270 mm de diámetro por 838 mm de carrera, fabricada por J. Readhead & Co. Ltd - South Shields.
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HISTORIAL
"Sagunto", nueva construcción inglesa para Compañía Valenciana de Navegación
Este buque fue construido por encargo de Compañía Valenciana de Navegación a los astilleros J.Readhead
& Co. Ltd. de South Shields en Inglaterra, siendo la construcción número 114 de los mencionados astilleros y botado el 19 de agosto de 1875, recibiendo el nombre de Sagunto. Ese mismo mes, tras realizar las pruebas reglamentarias, fue entregado a sus propietarios y a las órdenes de su primer capitán,
José Adam Casull, partió rumbo a Valencia para iniciar su actividad comercial entre los puertos del Mediterráneo español y los de Marsella, Cette, Génova y Livorno, transportando carga general y
pasaje.
El 2 de abril de 1901 embarrancó, a causa de la niebla, en un banco de arena de siete pies próximo a Castelldefels, aunque sin consecuencias. El vapor Martos, compañero de flota, se encargó de remolcarlo hasta Barcelona, quedando atracado de costado en el muelle de Atarazanas.
En el mes de julio de 1903 el Sagunto inauguró la línea Barcelona-Cartagena-Águilas para pasaje y carga; en la publicidad insertada en la prensa se hacía constar que el buque «poseía alumbrado eléctrico y espaciosas cámaras para el pasaje».
El 1 de septiembre de 1903, a las tres de la tarde, en el puerto de Barcelona y al dirigirse al fondeadero procedente de Valencia, el Sagunto tuvo un abordaje con el gánguil Francolí, que se fue a pique frente al dique después de realizar una maniobra incorrecta cuando salía del puerto. No hubo desgracias personales en ninguno de los buques. El Francolí pertenecía a las Obras del Puerto de Tarragona y estaba dedicado a las obras de limpieza del puerto de la Ciudad Condal. Tras el siniestro, sólo sobresalían del gánguil los dos palos y parte de la chimenea. El 18 de junio de 1907 se celebró en la Comandancia de Marina de Tarragona el Consejo de Guerra para ver y fallar el abordaje. El tribunal, presidido por el comandante de Marina de Barcelona −capitán de navío, Federico Compañó−, lo componían los tenientes de navío Fita, Sanz, Somoza, Núñez de Prado, Tineo, González, Iglesias y Aguiló. El abogado defensor, Lloret, fundándose en el mismo dictamen del fiscal, solicitó la absolución del capitán del Sagunto al estimar que no se había encontrado cargo alguno para exigirle responsabilidad en el siniestro.
Una de las actividades que realizó con más asiduidad este buque fue el transporte militar, tanto de personal como de material. De hecho, ya el 29 de noviembre de 1893, efectuó un viaje de Málaga a Melilla con el batallón de Puerto Rico, que había llegado a la capital malagueña desde Madrid; este viaje se recuerda por las pésimas condiciones meteorológicas en que se realizó el embarque.
Bajo la contraseña de Compañía Valenciana de Vapores Correos de África
Por Real Decreto de 8 de abril de 1910, el Estado convocó un concurso para cubrir las líneas oficiales de los correos para África, siendo
adjudicado este concurso a la naviera valenciana La Roda Hermanos.
La naviera La Roda Hermanos, de la que era gerente Vicente Matoses, tuvo su origen en la naviera Cola y Maicas, que con su viejo vapor Cervantes efectuaba un
servicio semanal, de carga y pasaje, de Valencia a Barcelona. Posteriormente se le sumaron los Canalejas, Vicente Sanz, Vicente
Ferrer y Vicente Lasala, llamados, entonces, barcos a domicilio porque las mercancías eran recogidas en las sedes de los remitentes y entregadas en las de los
receptores.
Esta naviera contó desde un principio con la colaboración de la Compañía Valenciana de Navegación, que tuvo sus orígenes en 1879, habiendo sido sus fundadores Juan José Síster,
Antonio Lázaro y Vicente Puchol, hasta tal punto que ambas se fusionaron para constituir Compañía Valenciana de Vapores Correos de África. El vapor Sagunto pasó a lucir la contraseña de la
nueva compañía.
El 26 de octubre de 1910 llegaba por primera vez a Alhucemas procedente del Peñón del mismo nombre, con lo que inauguraba el servicio entre estas dos plazas.
El "Sagunto" bajo la contraseña de Compañía Tramediterránea
El 25 de noviembre de 1916 quedó constituida Compañía Trasmediterránea. El aporte financiero y de buques a la recién creada compañía estuvo
formalizado por las navieras Compañía Valenciana de Vapores Correos de África, Sociedad Línea de Vapores Tintoré, Ferrer Peset Hermanos y Sociedad Anónima Navegación e Industria. La Compañía
Valenciana de Vapores Correos de África aportó 23.660.000 pesetas, correspondiéndole 23.660 acciones. La aportación del doctor Dómine fue, en realidad, de acciones, de las cuales 11.830 constituían
todo el capital en circulación de la citada naviera y la aportación de buques estuvo constituida por los vapores Cabañal, Grao, Játiva, Sagunto,
Villarreal, Canalejas, Vicente Ferrer, Vicente La Roda, A.Lázaro, J.J.Sister, V.Puchol, Ausías March, Barceló,
Jorge Juan, Teodoro Llorente, Juan B. Llovera, A.Cola y General Fernández Silvestre. A partir de 1917 el Sagunto quedó integrado en la flota de
Compañía Trasmediterránea, dedicado al transporte de carga en las líneas Valencia-Sette, Barcelona-Cartagena y Barcelona-Valencia-Gandía, con algún pasajero, pues estaba dotado de una pequeña cámara
con capacidad para 17 pasajeros. Este buque no estuvo adscrito a los servicios de comunicaciones marítimas de soberanía que Compañía Trasmediterránea contrató con el Estado en los años 1920 y
1931, por lo que la naviera pudo dedicarlo a los tráficos libres que eran los verdaderamente rentables.
En 1917 sufrió el accidente más grave de su historia marinera. El domingo 20 de mayo se encontraba atracado en el muelle Muralla del puerto de Málaga, a las órdenes
del capitán Juan Tonda Tur, esperaba que embarcaran la correspondencia para hacerse a la mar; en esta ocasión cubría la línea semanal que enlazaba Melilla, islas Chafarinas, Alhucemas, Peñón de Vélez
de la Gomera, Río Martín, Ceuta y Málaga. Ya estaban a bordo los veinticinco pasajeros, y estibados en sus bodegas 1.500 envases de gasolina, propiedad del Estado y consignadas al comisario de Guerra
en Ceuta. De repente, una fuerte explosión localizada en la parte de popa sacudió al buque; un pasajero y un tripulante, fogonero, resultaron heridos de gravedad.
Iniciado el incendio y ante el temor de que continuaran las explosiones, ya que la gasolina la habían cargado en varias bodegas, se tomó la determinación de hundirlo en el mismo atraque en el que se encontraba, aunque la primera opción era sacarlo del puerto y hundirlo frente a la playa de San Andrés, alternativa que se desechó al considerar que el buque podía hundirse antes de encontrarse fuera de puntas, lo que hubiera provocado el bloqueo del puerto. Para apresurar su hundimiento, además de la utilización de mangueras, bombas del Ayuntamiento y aljibes del puerto, se utilizó arena extraída del río Guadalmedina y transportada en vagonetas suministradas por la compañía de ferrocarriles suburbanos; ante la inutilidad de estos recursos, se optó finalmente por abrir en la popa del buque dos grandes orificios que facilitaran la entrada del agua. El comandante de Marina −capitán de navío, Manuel Gurri−, que se encontraba a bordo cuando se produjo la explosión, tomó el mando de las operaciones encaminadas a localizar y combatir el incendio.
Después de permanecer tres meses hundido, y varios intentos fallidos de reflotarlo, los buques especialistas en salvamento, Gibelmesa y Belkeric, inglés y sueco, respectivamente, lograron que el Sagunto retornase a su posición normal. La operación que resultó exitosa se inició de madrugada, culminando a las 09.00 de la mañana del día 17 de agosto, tras estar achicando agua siete bombas de gran potencia. A la hora citada, el Sagunto emergía, aunque ligeramente escorado y aún con agua en las bodegas. Mientras duraron los trabajos, el vapor Hespérides permaneció en las proximidades por si era necesaria su ayuda. El importe total de los gastos de reparaciones y salvamento se elevó a 20.000 pesetas. Para celebrar ese reflotamiento, se brindó con champán a bordo del J.J. Sister, asistiendo autoridades y periodistas; el inspector de la Compañía Trasmediterránea, capitán y oficiales del Sagunto hicieron los honores a sus invitados. Al comandante de Marina, Manuel Gurri, se le concedió la cruz de tercera clase del Mérito Militar, blanca, como premio al acierto y pericia demostrados en la extinción del incendio del vapor Sagunto.
El "Sagunto" en el desembarco de Alhucemas
En septiembre de 1925, al mando del capitán Juan Tonda Tur, participó en las operaciones del desembarco de Alhucemas, formando parte
de las fuerzas que salieron de Melilla
para Sidi Dris, en la noche del 5 de septiembre de 1925, constituyendo la primera flotilla, en
unión de los buques A. Lázaro, Aragón y Navarra. Iban embarcadas las siguientes fuerzas: hospital de campaña, ambulancia de montaña, secciones de camillas, faeneros, higiene,
Intendencia y Compañía de Mar, en total 600 hombres.
Retorno a la actividad comercial normal
Una vez retomadas las actividades comerciales tras su experiencia militar, se vió envuelto en otro siniestro, pues en la mañana del 12 de noviembre de 1928, encontrándose atracado en el puerto de Melilla a donde había llegado procedente de Chafarinas, se detectó en el pañol de proa un nuevo incendio. El Sagunto emitió con su sirena una llamada de auxilio, acudiendo rápidamente los bomberos y marineros de la Compañía de Mar, quienes con los numerosos extintores de los teatros de la ciudad lograron extinguir el incendio, que podía haber adquirido grandes proporciones dado que en el citado pañol había materiales altamente inflamables, como pinturas, petróleos, gasolina, cabuyería, etcétera.
La Guerra Civil Española
La Guerra Civil Española le sorprendió amarrado en el puerto de Mahón –junto a los vapores Hierro, Atlante, Aragón, Torras y Bages y Generalife, todos ellos inmovilizados por falta de
flete−, quedando en zona republicana; trasladado a Valencia, resultó hundido por la aviación nacional. Una vez reflotado, regresó a Mahón.
Los tiempos de la posguerra
Terminada la guerra civil, fue sometido a una larga y costosa reparación, dado el estado en que se encontraba, finalizada la cual y por una orden del Ministerio de Industria
y Comercio, con fecha 22 de agosto de 1940, se admitió al vapor Sagunto en los servicios de Comunicaciones Marítimas de Soberanía; posiblemente, el mal estado de las unidades de la flota de la naviera tras la Guerra Civil
condicionó tal medida. Cubrió la línea de Sevilla a Canarias y después fue al golfo de Guinea para cubrir los servicios coloniales, de Santa
Isabel a Bata e islas de Annobón, Corisco y Elobey, servicios que prestó durante varios años, hasta que, terminada la gran reparación que se realizó en el Gobernador Chacón (ex
Mahón), en los Talleres Nuevo Vulcano de Barcelona, en julio de 1947, este salió con destino a Santa Isabel de Fernando Poo, a cuyo puerto llegó el 4 de septiembre, al objeto de relevar
al viejo Sagunto, que pudo regresar a la Península.
El 28 de marzo de 1948 llegó a Palma procedente de Barcelona para cubrir la línea de Cabrera, para cuya isla salió como buque correo el día 30 de marzo, verificando dos viajes
semanales, en sustitución del Ciudad de Alcudia, que cubría la línea de Ciudadela que, a su vez, sustituía al Ciudadela que estaba en reparación.
El 5 de julio salió con destino a Barcelona, en cuyo puerto, en el muelle España, permaneció inactivo ya que, debido a su edad y al tiempo que había navegado en aguas de Guinea,
su estado era muy deficiente y no se consideró rentable realizarle una costosa reparación.
El Boletín Oficial del Estado −número 297, de 24 octubre 1949− autorizaba a Compañía Trasmediterránea a vender el vapor Sagunto. Este era el texto de la Orden del Ministerio de Industria y Comercio de 19 octubre 1949:
«Ilmo. Sr.: Visto el estado en que se encuentra el vapor Sagunto, construido en 1875, propiedad de la Compañía Trasmediterránea, que no reúne ya las mínimas condiciones exigidas para los servicios contractuales del Estado con dicha Compañía, de cuyas líneas de soberanía se encuentra ya apartado, este Ministerio, a propuesta de la Subsecretaría de la Marina Mercante, se ha servido autorizar la venta del citado buque. Lo digo a V. I. para su conocimiento y efectos. Dios guarde a V. I. muchos años. P.D., Jesús María de Rotaeche».
Nuevos propietarios
Finalmente, en 1951, el vapor Sagunto fue vendido al naviero Enrique Freixas que le mantuvo el nombre. En el momento de su venta era el buque más antiguo de la flota de la Compañía Trasmediterránea. En
1952 fue adquirido por el armador Francisco Merelo Barberá-Beltrán que le impuso el nombre de Enrique Maynes.
El Sagunto, que había sido el primer vapor de la Compañía Valenciana de Navegación se convertía en su último superviviente. Atrás quedaba el Martos, hundido en el verano de 1910 en el estrecho de Gibraltar tras un abordaje con el vapor alemán Elsa; también el Alcira se fue a pique en septiembre de 1914 tras colisionar con un vapor italiano frente al cabo de Gata, al igual que el Denia que se hundió en la costa portuguesa el mismo mes y año. El Játiva oxidaba sus cuadernas desde el año 1931, convertido en pontón carbonero en Vigo.
Pero el ahora Enrique Maynes continuaba con la actividad comercial para la que fue construido. Hasta el momento de su desguace realizó numerosos viajes entre Barcelona y puertos portugueses (Lisboa y Setúbal) transportando potasa; también la misma carga iba destinada, en ocasiones, a Sète. Asimismo, proveía a la industria catalana de carbón mineral que cargaba en Avilés, Gijón y San Esteban de Pravia y, ocasionalmente, en Marsella; eran, también, frecuentes los viajes entre la Ciudad Condal y el archipiélago balear con carga general.
A las 05.20 de la madrugada del 17 de enero de 1955, navegando por el golfo de Vizcaya, el Enrique Maynes solicitó auxilio por radio al averiársele el timón y quedar a la deriva. Dos remolcadores franceses −el Abeille, de Brest, y el Duglesclin, de Saint Nazaire− salieron inmediatamente en su ayuda, pudiendo el primero de ellos remolcarlo hasta el puerto de Brest, al que llegaron el día 18 y en donde se repararon las averías.
Años más tarde volvería el Enrique Maynes a pasar momentos difíciles; el buque acostumbraba a hacer la revisión anual en el puerto de Málaga, y en esa situación se encontraba cuando el 23 de enero de 1963 un gran temporal azotó la capital malagueña, rompiendo el dique de Levante y provocando el hundimiento de cinco pesqueros atracados en el muelle de Pescaderías; también los yates Flaminga II y Ange se fueron a pique. El Campo Grande rompió las amarras empotrándose en el dique y hundiéndolo parcialmente, a la vez que él mismo sufría averías muy graves en un costado, sala de máquinas y timón; el dique quedó desplazado diez metros de su posición habitual. El Enrique Maynes, que precisamente estaba dentro del dique flotante siniestrado, se salvó milagrosamente de la situación caótica creada y al día siguiente abandonó el puerto malagueño.
El "Enrique Maynes" protagonista de una película en la última etapa de su vida marinera
En 1967, cumplidos noventa y dos años de vida marinera fue sometido a una extraña reforma en el puerto de Málaga con el fin de participar en el rodaje de una película: se le prolongó su ya alta chimenea, en su proa se le emplazó un mascarón y un botalón y sus palos fueron alargados con un mastelero. El palo proel fue revestido de velas cruzadas y el mesana de velas de cuchillo y convertido en bergantín-goleta, mientras en amuras y aletas figuraba el falso nombre de Batavia Queen. Con esta silueta fue protagonista en el rodaje de la película “Krakatoa. Al Este de Java” en aguas de Málaga. Una vez más, el ex Sagunto cumpliría acertadamente su papel y la película conseguiría una nominación al Óscar por mejores efectos visuales. Cuando finalizó el rodaje fue liberado de su "atrezzo" en Marín, siendo regalado su mascarón de proa a una iglesia cercana. En verano del referido año volvió a las costas de Mallorca y permaneció en Palma, amarrado en el Dique del Oeste. Fue desguazado en Alicante en marzo de 1968 tras una larga vida marinera.
Referencias documentales:
Libro corporativo del Centenario "TRASMEDITERRANEA. 1917-2017", de Juan Carlos Díaz Lorenzo, Francisco Font Betanzos y Laureano García Fuentes.
Libro "Historia de la Flota" de Juan Carlos Díaz Lorenzo.
Libro corporativo "Todo Avante" de Marino Gómez-Santos.
Libro "Orígenes y constitución de la Compañía Trasmediterránea. Evolución comercial y económica en el siglo XX", de Francisco Font Betanzos.
Libro "Buques españoles hundidos o naufragados durante los años de la Gran Guerra (1914-1918) de Lino J. Pazos Pérez.
Colaboración especial de Francisco Font Betanzos "Sagunto, un buque casi centenario".
Web "Miramar ship index".
Lloyd´s Register Shipping años 1915, 1930 y 1945.
Lista Oficial de buques españoles años 1930, 1951, 1961 y 1965.
MISCELÁNEA DOCUMENTAL
"Sagunto", un buque casi centenario
Colaboración especial de Francisco Font Betanzos
GALERÍA DE IMÁGENES
Bajo la contraseña de Compañía Valenciana de Vapores Correos de África en el puerto de Alhucemas.
Archivo: Juan Ignacio Bas Grau
El vapor Sagunto en el fondeadero del Peñón de Vélez de la Gomera.
Archivo: LGF
El vapor Sagunto hundido en el puerto de Málaga tras el aparatoso incendio sufrido el 21 de mayo de 1917.
Archivo: Fernando José García Echegoyen
El vapor Sagunto reflotado.
Fuente: Mundo Gráfico del 22 de agosto de 1917
Archivo: LGF
El Sagunto maniobrando en el puerto de Melilla. El Reina Victoria a la derecha, y el Villarreal al fondo.
Archivo: LGF
El vapor Sagunto en los careneros de poniente de la dársena del dique de Barcelona junto a
un torpedero y a los submarinos A-1, Monturiol y A-2, C. García, el 10 de noviembre de 1925.
Autoridad Portuaria de Barcelona
El vapor Sagunto tomado por su costado de estribor.
Archivo: Emilio Caballero del Castillo - Luis Manuel Gil de Sola Costell
El buque Sagunto atracado en el muelle de España del puerto de Barcelona
(Ca 1926), coincidiendo con sus compañeros de flota Romeu y Florinda.
Archivo: LGF
NUEVA IMAGEN (23/09/2023)
Bonita imagen del puerto de Melilla con tres barcos de Trasmediterránea.
En primer plano el Sagunto, a la izquierda un "bicicleta", A. Lázaro o V. Puchol, y a la proa de este, el
Villarreal.
Archivo: LGF
Los vapores de Trasmediterránea Sagunto, Isla de Tenerife y Plus Ultra, en Santa Isabel de
Fernando Poo.
Archivo: Salvador García
Atracado en Santa Cruz de Tenerife en octubre de 1947, en el viaje de regreso a la Península tras la campaña de Guinea.
Archivo: Díaz Lorenzo
Ya renombrado Enrique Maynes, en el puerto de Santander el 2 de julio de 1963.
Fotografía: Teodoro Diedrich González
El vapor Sagunto convertido en el Batavia Queen para el rodaje de la película "Krakatoa. Al este de Java".
Archivo: Manuel Budiño Carlés