Adquirido a Pesquerías del Sahara en 1918
Ultima actualización: 22 de marzo de 2022
CARACTERÍSTICAS
Nombres y propietarios |
Hellen (1869-1883)
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Tipo |
Fue construido como yate y posteriormente se tranformó en buque de carga para acabar su vida marinera como mixto de carga y pasaje.
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Año de construcción |
1869 (LR-1923)
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Constructor |
W. C. Miller & Sons
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Fecha de la entrega |
Junio de 1869 (LR-1904)
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Final del buque |
Desguazado en 1929 en las instalaciones de Vicente Marí, en Cala Figuera (Mahón).
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Pabellón y puerto de registro |
Con la Compañía Trasmediterránea:
ESPAÑA - Valencia
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Material del casco |
Hierro (LR-1923)
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Número de cubiertas |
Una corrida (LR-1923)
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Separaciones transversales |
5 cementadas (LR-1904)
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Registro bruto |
181 TRB (LR-1923)
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Registro neto |
46 TRN (LR-1923)
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Eslora e.p.p. |
47,09 m (LR-1923)
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Manga máxima |
6,00 m (LR-1923)
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Puntal |
3,44 m (LR-1923)
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Potencia de propulsión |
57 NHP (LR-1923)
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Planta propulsora |
Una máquina alternativa de vapor de cuádruple expansión y cuatro cilindros de 305, 432, 610 y 864 mm de diámetro por 605 mm de carrera, fabricada por Rankin &
Blackmore - Greenock - Inglaterra.
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HISTORIAL
El yate "Hellen"
Este buque fue construido en los astilleros W. C. Miller & Sons, en Garston (Inglaterra), cerca de Liverpool. Era un yate y fue entregado a sus
propietarios en junio de 1869 con el nombre de Hellen.
En el año 1883 cambió su nombre por el de Myrtle y en 1900 fue renombrado Erne, probablemente hasta 1904, en que ya figura como Violette, propiedad del
armador francés B. Garcin & Co, con pabellón francés y registrado en Niza.
En 1905 fue adquirido por Pesquerías del Sahara y renombrado Marroquí.
El "Marroquí" bajo la contraseña de la Compañía Trasmediterránea
En 1918 el Marroquí fue adquirido por la Compañía Trasmediterránea y bajo su contraseña estuvo navegando por el Mediterráneo siendo un buque
muy afectado por la guerra de Marruecos.
Intervención del buque "Gandía" en un episodio de la guerra de Marruecos
Publicación de Carlos Esquembri en su blog "Melilla marinera"
El 12 de enero de 1921, participó en la ocupación de Afrau formando parte de una pequeña fuerza de desembarco junto al remolcador Europa
y el cañonero Lauria y con el apoyo de la aviación, puso en tierra un contingente de tropas hispano-marroquíes bajo el mando personal del general Silvestre, que ocupó la posición de Afrau, o
Sidi Hassain, en el territorio de Beni Said, con la intención de obtener una posible posición de flanqueo, antes de emprender las operaciones de limpieza desde Melilla, así como ocupar la playa de
Afrau que, con la de Sidi Dris, constituían los únicos accesos marítimos por donde llevaban a cabo su comercio exterior las cábilas de la región y recibían suministros de armas y municiones para
mantener su rebelión contra las autoridades jelifianas y españolas.
El 4 de febrero de 1921, al anochecer, el Gandía fondeaba en Melilla procedente del Peñón de la Gomera. Viajaba en el buque el patrón del San José, un pailebote
que el 21 de enero fue saqueado por los moros, quienes se llevaron prisioneros al citado patrón, a su hijo de trece años y a otro marinero.
El 12 de marzo, la columna del general Morales fue transportada a bordo de los vapores Reina Victoria y Gandía, con el apoyo directo del cañonero Laya y
un grupo de aviones y desembarcó en la playa de Sidi Dris, en la cábila de Temsaman, pasando a poder español este importante énclave estratégico.
El 18 de marzo de 1922, el Juan de Joanes, llevando a bordo el correo y material para el sostenimiento de la plaza, fondeó en las inmediaciones del Peñón de Alhucemas. De
pronto comenzó el fuego de las baterías enemigas de Morro Nuevo, Morro Viejo, La Rocosa y el Castillo contra el Juan de Joanes, que fue alcanzado de forma que su casco quedó perforado bajo
la línea de flotación, hundiéndose rápidamente.
A finales de marzo de 1922 el Gandía fue remozado en los astilleros de la Unión Naval de Levante en Valencia. Se le dotó de lujosos camarotes para el pasaje de primera
clase, siendo habilitadas las bodegas del buque para albergar al de tercera clase y también se aumentó la capacidad de sus aljibes. A continuación el Gandía fue destinado a
reestablecer la comunicación marítima con los peñones, Chafarinas y Cabo del Agua.
El 17 de mayo de 1922 la tripulación del Gandía auxilió en el antepuerto de Melilla a una gasolinera perteneciente a un buque inglés fondeado. La lancha, ocupada por
cinco tripulantes, estuvo a punto de estrellarse contra las rocas.
No acabó aquí la intervención del Gandía en esta guerra pues, tras el Desastre de Annual, quedaron miles de muertos españoles en los campos marroquíes y centenares de
prisioneros a manos de la harka de Abd El Krim sufriendo unas penosas condiciones de vida que levantaban el clamor de la ciudadanía exigiendo a las autoridades una respuesta adecuada a esta terrible
situación.
Como primera medida se intentó remediar en los posible sus duras condiciones de vida consiguiéndose que Abd El Krim autorizase el envío de provisiones, medicinas y ropas por vía
marítima a los cautivos.
El buque elegido para esta misión fue el Gandía y los preparativos del viaje se hicieron en secreto, ya que no se tenía completa seguridad de que se pudiera llevar a cabo
la misión y no se quería levantar falsas expectativas a las familias de los cautivos. A la tripulación se le dijo que cargaban para ir a Chafarinas. El 11 de junio de 1922 zarpó el Gandía al
mando de su capitán, José Orts Pérez, mientras que de la parte militar se encargaban el coronel Lasquetti, el comandante de estado mayor Suárez Llano y el capitán Cándido López Castillejos, agregado
a la Oficina Central de Asuntos Indígenas y amigo de Abd El Krim con el que había estudiado árabe y tamazihg en Melilla. Una vez en alta mar, los mandos militares de la expedición informaron de su
verdadero destino: las playas de la bahía de Alhucemas.
El Gandía llegó a la bahía de Alhucemas enarbolando bandera de la Cruz Roja, según exigieron los rifeños, y fondeó en las cercanías de la desembocadura de río Nekor. A la
llegada del buque se estableció un alto el fuego entre las fuerzas rifeñas y la guarnición de la isla de Alhucemas. Para desembarcar las provisiones se utilizaron barcas tripuladas por miembros de la
Compañía de Mar de Melilla que se acercaban a unos diez metros de la playa donde transbordaban la carga a unos cárabos que los llevaban a la playa. Los prisioneros quedaron abastecidos para unos
quince días.
El éxito de esta primera misión, que también sirvió para establecer contactos con Abd El Krim a través de sus enviados a la playa, hizo que se repitiera varias veces estos viajes
con provisiones, medicinas, ropas y correspondencia para los cautivos. En los viajes siguientes, el Gandía llevaba a remolque una lancha a motor de la Compañía de Mar para usarla en la
descarga y barqueo de las provisiones y pertrechos destinados a los prisioneros con lo que se agilizaban las operaciones. Se utilizaron la lanchas Fraternidad y Faraón que eran
tripuladas por hombres de la Compañía de Mar de Melilla.
El lunes 21 de agosto de 1922 zarpó nuevamente el Gandía con rumbo a Alhucemas. En este viaje iban el Padre Revilla, carismático religioso que había acompañado a la
Legión en algunos de los duros combates sostenidos para reconquistar el territorio perdido tras del Desastre de Annual, y el medico auxiliar Juan Antonio Gullón que se ofreció para desembarcar en
Alhucemas y dedicarse a prestar cuidados médicos a los cautivos hasta su liberación, aunque los rifeños no aceptaron este noble ofrecimiento. Revilla, que estaba llevando a cabo gestiones para
intentar que el gobierno negociase la liberación de los prisioneros, haría el viaje para informarse de primera mano del estado de los mismos.
En la primera semana de septiembre de 1922 el Gandía se disponía a salir desde Melilla para la playa de Suani cuando se recibió la orden de suspender la salida
programada. Esto dio origen a comentarios referidos a que los moros proyectaban atacar al buque. Cuando el Gandía estaba alistado para emprender el viaje, la mayoría de los tripulantes,
atendiendo a los rumores que circulaban, se negaron a salir abandonando el buque, quedando a bordo solamente el capitán, un piloto y un maquinista. Ante la situación creada la autoridad de Marina
envió personal de la Armada para completar la tripulación, con lo que el Gandía quedó dispuesto para zarpar; a pesar del temporal que azotaba la zona el buque se hizo a la mar, aunque tuvo
que regresar a Melilla y esperar a que mejoraran las condiciones meteorológicas; situaciones semejantes de mal tiempo se habían repetido en el verano de ese año, teniendo el Gandía que
refugiarse al socaire de cabo Quilates en los numerosos viajes de aprovisionamiento de víveres, ropa y medicamentos para los prisioneros.
Finalmente, los algo más de 300 prisioneros sobrevivientes fueron liberados a finales de enero de 1923 por mediación del financiero Horacio Echevarrieta. Tras la liberación de los
prisioneros, el Gandía quedó realizando el servicio entre Melilla y Chafarinas.
El 2 de mayo de 1923 transportó a las islas Chafarinas, desde Melilla, a los coroneles Jiménez Arroyo y Ros, al objeto de cumplir la condena que se les había impuesto. Eran
acompañados por un oficial de la Guardia Civil.
Última etapa de su vida marinera
El 14 de abril de 1927, cuando se encontraba en el puerto de Melilla, se desató un temporal huracanado que destruyó el dique de abrigo del puerto y el
Gandía estuvo a punto de perderse, aunque finalmente se logró reforzar sus amarras y pudo aguantar el temporal. No corrió la misma suerte su compañero de flota Castilla, que rompió
amarras y quedó hundido dentro de la bahía, siendo declarado pérdida total y posteriormente desguazado.
El 20 de marzo de 1928 se declaró un incendio en su bodega a consecuencia de la combustión espontánea de unos medicamentos que transportaba para la farmacia de las islas
Chafarinas. El incendio pudo ser dominado tras grandes esfuerzos.
En 1929, declarado innecesario por la Compañía Trasmediterránea, fue vendido al industrial mahonés Vicente Marí y desguazado en las instalaciones de Cala Figuera en
Mahón.
Referencias documentales:
Libro corporativo del Centenario "TRASMEDITERRANEA. 1917-2017", de Juan Carlos Díaz Lorenzo, Francisco Font Betanzos y Laureano García Fuentes.
Libro "Historia de la Flota" de Juan Carlos Díaz Lorenzo.
Libro "Todo Avante" de Marino Gómez-Santos.
Libro "Un siglo con la Marina Mercante (tomo III)", de Luis María del Busto y Mandaluniz.
Fondo documental de Francisco Font Betanzos.
Fondo documental de Vicente Sanahuja.
Blog http://melillamarinera.blogspot.com.es, de Carlos
Esquembri.
Blog http://menorcaislasinpar.blogspot.com.es, de
Alfonso Buenaventura
Lloyd´s Register of Shipping años 1904 y 1923.
Lista Oficial de Buques Españoles año 1920.
GALERÍA DE IMÁGENES
El pequeño Gandía abarloado a un compañero de flota atracado en el muelle Reina Victoria del puerto de Cádiz.
Archivo: LGF
Galería de imágenes del vapor Gandía atracado en Cala Figuera (Mahón) esperando su desguace.
Archivo familiar de Vicente Marí Marí
Gentileza de Adelfa Marí
Tomadas del blog de Alfonso Buenaventura http://menorcaislasinpar.blogspot.com